miércoles, 9 de julio de 2008

AGUAS VIVAS por Denise León (Rev. n°2)

Tucumán y las hormigas

Lo diré de entrada: esta ciudad no siempre me consuela. Aquí las hormigas se suicidan tratando de alimentarse de los cables del teléfono. Y se electrocutan, insensatas. ¿Cómo será el hambre de las hormigas? ¿Será voraz y súbito, como la electricidad, como la muerte? Porque aunque alguna gente todavía saca las sillas a la vereda para ver la vida pasar, no ve nada, no mira, no tiene memoria, no ahueca las alas. Sólo sacan la silla. Agarrar, arrastrar, abrir, elegir, amontonar, mirar, cerrar, irse. No pasa nada. Nos parapetamos y ya. Hace falta una contraseña, hay que franquear el umbral, estirar la mano como el prisionero, hacer sonar la lata. En este jardín, en este valle redondo y verde, hasta las hormigas se mueren.
(Texto completo en Edición impresa)

Pequeños cosmos

Sorpresa y decepción de los viajes: estar lejos es una ilusión. Creemos que venciendo la distancia seremos otros, que veremos de verdad algo que durante mucho tiempo sólo fue una imagen en una enciclopedia, una huella en el recuerdo de otro. Mentira. Después de ver aquello que siempre se soñó con ver, descubrimos con cierta pena que muchas veces lo que soñamos no es ni lo grandioso, ni lo impresionante, ni lo ferozmente extranjero; al contrario, la ciudad de nuestros sueños tiene un sabor fraternal, el sabor de lo familiar recobrado.
(Texto completo en Edición impresa)

El hilo de las pesadillas

Descifrar un trozo de ciudad. Hacer un inventario de sus circuitos. Pensar en los lugares a los que evitamos ir, deliberadamente. Lo inhabitable de la ciudad. Las otras ciudades, terribles e inquietantes. Lo que separa la ciudad de lo que no es la ciudad. Lo invisible amurallado, las fronteras. En cierto modo, pisar una frontera es siempre conmovedor: una línea imaginaria que no está nunca sobre la línea que representa es suficiente para cambiarlo todo. Es el mismo aire, la misma tierra, pero el paisaje se vuelve otro, enrarecido, deformado. Las grafías de los indicadores cambian los rostros de la gente. Las fronteras son líneas de puntos. Las líneas atraviesan la ciudad en todos los sentidos. Nos proporcionan la ilusión del relieve y la distancia, nos permiten circular confinados al paisaje de siempre.
(Texto completo en Edición impresa)

2 comentarios:

Gatto dijo...

No conforme con quedarme con las ganas de terminar de leer el primero, continue para quedarme con las ganas de leer los tres! Cómo hago para conseguir una versión impresa?

Anónimo dijo...

La presentación de la revista será el 21 de Agosto en el Centro Cultural Rougés. Se consigue la versión impresa en la biblioteca del Centro Cultural Rougés y en la librería Manfredo Centro