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jueves, 11 de diciembre de 2008

MICRORRELATOS INEDITOS DE ANA MARIA SHUA (Rev n° 3)

Fenómenos de circo
por Ana María Shua

Ana Maria Shua nos introduce al mundo mágico del circo por medio de pequeños guiños de ironía y humor que nos devuelven una mirada crítica sobre nosotros mismos. La escritora porteña nos invita a disfrutar de seis microrrelatos inéditos con los que colaboró para este tercer número de Mil trescientos kilómetros. Pasen y vean...
(Microrrelatos en Edición impresa)

Bicho de pocas palabras
por Denise León

Microcuento, minicuento, cuento brevísimo, microrrelato, ficción súbita, son algunos de los nombres que intentan dar cuenta de los rasgos fundamentales de las formas narrativas breves. Narraciones “bonsái”, su extensión oscila entre una línea —como “El dinosaurio” del guatemalteco Augusto Monterroso— y una página. Pero más allá de la economía, sabemos que el microrrelato ofrece una combinación impecable de sus acotadas piezas, una fuerte tendencia hacia la autosuficiencia y la capacidad de despertar en el lector esa inquietud que nace, sobre todo, del asombro.
(Texto completo en Edición impresa)

miércoles, 9 de julio de 2008

CINE ARGENTINO (Rev. n°2)

Circe: tiempo y narración
(Sobre "Circe" la transposición fílmica del cuento de Cortázar realizada por Manuel Antín)
Por Marcelo Damiani
(Ensayo en Edición impresa)


Antín, los gauchos y el cine
Por Fabián Soberón


En la oscuridad de un cine, después de la primera proyección de La cifra impar en París, el joven director Manuel Antín descubre que sólo hay dos espectadores en la sala: él y el autor del cuento en el que se basa su película. En esos instantes inolvidables, Antín, triste y alegre al mismo tiempo, escucha el tono afrancesado de Julio Cortazar. El escritor le toca el hombro y le habla en voz baja. Al recordar el texto de uno de los personajes de la cinta, Cortazar le dice que él le ha ayudado a comprender el sentido más profundo de su cuento. El joven director se da la vuelta y ve –como linternas oscuras en medio de la noche– los grandes ojos azules de Cortazar. Apenas se cruzan las miradas y ya caminan por el pasillo inevitable y salen del lugar. La lluvia los envuelve en la puerta. Se saludan con simplicidad y se van con la sensación de haber encontrado en el otro el perdido sentido de las historias.
(Texto completo en Edición impresa)